site specific installation with rebar constructions
Mexico City 2008
Curator David Miranda
Para algunos especialistas del arte, la esencia del Modernismo descansa en el uso de los métodos característicos de una disciplina, no para subvertirla sino para establecerla más firmemente en su área especifica. Las artes y oficios que enmarcaron los diferentes capítulos de la historia, heredaron múltiples posibilidades constructivas de la forma a partir de sus cualidades materiales. Dichas expresiones constituyen un campo de conocimiento del mundo que lejos de ser una cita o conmemoración del mismo, definen diversas alternativas para su habitabilidad. Un ejemplo de ello es la arquitectura emocional de Mathias Goeritz, materializada en las líneas del edificio del Museo Experimental El Eco. Como consecuencia de esta cualidad moderna, el arte contemporáneo -mediante la sintaxis de la obra de los artistas- se ha definido como un transeúnte que circula dentro de las técnicas materiales entendidas como oficios, ya no para enaltecer los códigos de una disciplina sino para la transgresión de la misma, en aras de la apertura de nuestra percepción visual y de las categorías simbólicas que le otorgamos al hecho artístico. De modo que ahora podemos entender a la obra de arte como una consecuencia de la acción plástica, un vestigio deliberado de la práctica artística, o un documento fehaciente del proceso creativo que colabore en la conformación de una imagen simbólica que conecte la intención del artista con lo demás.
La práctica artística llevada a cabo en un sitio específico, activa reflexiones diversas entorno a la inserción de la expresión plástica, y sobre todo al quehacer del artista dentro de un espacio ajeno a su estudio. Para Ricardo Rendón (México D.F.1970), el salón, la galería y en este caso el museo, se convierten en un área de taller donde las características formales, simbólicas y estéticas del sitio, permiten entender al lugar donde produce su obra como un "estado de transformación". ZONA EN CONSTRUCCIÓN, es como define Rendón su intervención dentro del patio del Museo Experimental El Eco, la cual se erige como serie de elementos ascendentes armados con materiales de construcción, que aluden formalmente a los castillos que soportan la envolvente de un edificio. Dichos elementos, son el contenedor del vacío entre la superficie del suelo y la base del objeto escultórico, produciendo el silencio que permite a la expresión plástica su propia voz y existencia, como lo mostrará Goeritz en 1953 con su poema plástico.
Este paisaje de condiciones pétreas, en donde el acero atraviesa el barro mediante su verticalidad, es el diálogo entre el espacio contenido por los muros del patio de El Eco y la presencia de los volúmenes descubiertos a partir de la práctica artística de los oficios relacionados a la producción de la obra de Rendón, que no solo refiere a un levantamiento arquitectónico dentro del museo, refiere también a la construcción de la experiencia del artista en sí mismo a partir de la ejecución de un ejercicio matérico a partir de varias jornadas de trabajo, en medio de un contexto específico y significativo para la historia del arte moderno. El Eco en este caso, se transforma en una plataforma abierta para la edificación de los ejes de una construcción deliberadamente inconclusa, que se proyecta como una alegoría del aprendizaje continuo dentro del ejercicio de la práctica artística, en donde el espíritu escultórico de la Modernidad, perméa a la experimentación espacial contemporánea.